Ultrasonidos para proteger las plantaciones de fruta

El invierno ha terminado como el menos frío del siglo XXI y el segundo desde 1961.  Y esta primavera adelantada está siendo bastante inestable pero  más calurosa de lo habitual.

Estas temperaturas inusuales están teniendo numerosos efectos: ha sido un invierno fuera de lo común, con almendros con flor con parte de nieve. Las condiciones meteorológicas registradas este invierno están adelantando la floración de muchos frutales y plantas, y el adelanto de la polinización ha provocado que personas que sufren alergias hayan experimentado síntomas mucho antes de la llegada de la primavera, que generalmente empezaba en abril y finalizaba en julio.

Las altas temperaturas de este año han acelerado en muchísimos lugares de España la temporada de fruta y verdura de verano. Sin ir más lejos, este año hemos visto fresas en los supermercados y verdulerías mucho antes de lo habitual, ya que la temporada en este caso se ha adelantado más de un mes. Aragón es la segunda comunidad autónoma con más hectáreas dedicadas a la producción de fruta y un gran porcentaje de ella se exporta a otros mercados, como el ruso. El melocotón, la nectarina y la cereza son muy sensibles a los cambios climáticos y otros factores externos, como plagas o incluso pájaros y otras aves.

Según explican desde la tienda online Mauricioferreteria.es, a nivel particular se puede reducir la visita de aves y otros animales para evitar que se acerquen a plantaciones frutícolas y mitigar el riesgo de que se generen deterioro. Existe un ahuyentador digital de pájaros que emite un ultrasonido que abarca una hectárea de día y dos de noche, y que tampoco pasa desapercibido para otras aves y otros animales como jabalíes, zorros o conejos. “Es una medida muy útil que permite alejar a estas aves de cultivos o casas”.

Más información en http://www.mauricioferreteria.es/

Ultrasonidos para frenar la plaga de la cotorra argentina

La cotorra argentina, cuyo nombre científico es Myiopsitta Monachus es una psitácida originaria de Sudamérica. Es un pájaro muy vistoso, de un color verde llamativo, con la frente, el pecho y el vientre de color grisáceo. Es un ave relativamente pequeña que se suele tener como animal de compañía, ya que parece un pequeño loro.

Precisamente así, como mascota, comenzó a introducirse en España hace más de 30 años, y debido a su capacidad de adaptación a diferentes climas y a la gran velocidad a la que se reproducen, han poblado gran parte de España, hasta tal punto que se ha introducido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.

Como especie invasora, es importante intentar disminuir su presencia e impacto, ya que pueden acabar con especies autónomas, debido a que las desplazan de sus nidos y les quitan la comida. El problema radica en que, aunque viven en ciudades, son aves que se alimentan de semillas y frutos, por lo que es habitual que emigren a zonas de agricultura, echando a perder gran cantidad de frutos, flores y cosechas, perjudicando así a la agricultura. Además, son muy ruidosas y en zonas residenciales pueden afectar a la convivencia.

A nivel nacional, no se están tomando suficientes medidas para evitar la expansión de esta especie. Solo en el caso de Zaragoza se trata de censar y localizar las principales colonias de cotorras argentinas.

Según explican desde la tienda online Mauricioferreteria.es, a nivel particular se puede intentar reducir su impacto en nuestro entorno. Existe un ahuyentador digital de pájaros que emite un ultrasonido que abarca una hectárea de día y dos de noche, y que tampoco pasa desapercibido para otras aves y otros animales como jabalíes, zorros o conejos. “Es una medida muy útil que permite alejar a estas aves de cultivos o casas”.

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